A la hora de hablar de mitos tenemos que tener en cuenta que todo mito implica que un sujeto proyecta sus temores y esperanzas hacía el plano imaginativo.
Las mujeres al no imaginarse a sí mismas como sujetas sino como lo Otro construido a través de la visión masculina, no han creado mitos en los que reflejar su conciencia, proyectos, poseía que les pertenezcan por derecho propio dado que las mujeres siempre han soñado a través de los sueños de los hombres. Adoran tanto a los dioses creados por los hombres, como las figuras heroicas creados por ellos como Hércules o Prometeo, siendo la mujer en el destino de la historia de los héroes una representación secundaria.
Esto hace que la representación que hemos tenido del mundo, de lo verdadero, sea una creación de los hombres desde el punto de vista exclusivamente masculino.
Centrándonos ahora en algunos de los mitos griegos que son un claro ejemplo de estas afirmaciones, encontramos por ejemplo el mito de la Gorgona: Poseidón, dios del mar, se enamoró de una joven, sin embargo, ella se niega a tener ningún tipo de relación el por lo que el dios la viola en el templo de Atenea. La diosa entra en cólera por la profanación del templo y la transforma en un monstruo con serpientes en la cabeza en lugar de pelo, y al verla las personas se convierten en piedra. Posteriormente Medusa fue desterrada a vivir en las tierras hiperbóreas, donde descubrió que estaba embarazada como consecuencia de la violación por Poseidón, lo que provoco que el odio que le procesaba Atenea a Medusa aumentase de tal manera que Atenea ordenó matarla, siendo Perseo el encargado de dar cumplimiento a la orden de Atenea.
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Lectura Real
A través de este mito observamos la presencia de la visión masculina y misogena de la realidad:
El mito consta de tres partes. En una primera parte nos encontramos con Poseidón, Dios del mar, este al verse atraído por la belleza de Medusa la viola al negarse está a tener relaciones sexuales con él.
En este primer momento del mito, observamos como el hombre se encuentra en una posición superior a la de la mujer, siendo las decisiones que toma ésta totalmente irrelevantes en la narrativa, mostrándose de este modo la hegemonía masculina y la imagen de la mujer como un ser secundario carente de valor. A sí mismo, este momento inicial muestra la realidad de la cultura de la violación, es decir, muestra como un hombre si se siente atraído por una mujer puede llegar a violarla con total impunidad sin ningún tipo de consecuencia, trasladando la culpabilidad a la propia mujer violada.
En la segunda parte del mito, vemos cómo Atenea castiga a Medusa, la cual acaba de ser víctima de una violación, de tal forma que esta diosa pasa a ser una aliada de la cultura de la violación, traicionando al género al que pertenece y a normalizar tanto la cosificación de las mujeres como su sumisión al hombre, perpetuando en el imaginario social no solo la soberanía del hombre sobre la mujer sino también, cómo la imposición de la visión masculina se impone como la única visión real, sin tener en cuenta los pensamientos de la Otredad.
La tercera parte del mito, es en la que Perseo se convierte en un héroe y la Gorgona se convierte en una figura reducida a un monstruo totalmente derrotado. Esta imagen la encontramos en varios ejemplos artísticos como la estatua de Benvenuto Cellini, artista italiano que elaboró una estatua de bronce donde se representa un Perseo triunfante que sostiene la cabeza de la Gorgona, esta estatua tenía como fin mostrar el poder de la familia Medici sobre los habitantes de Florencia a través del Mito de Medusa.
Posteriormente, en la Revolución Francesa, los rebeldes jacobinos convirtieron la imagen de Medusa en un icono de la fuerza del cambio que traería la revolución, convirtiéndose de esta manera en un emblema de la “Libertad Francesa”, transformando la imagen monstruosa que había creado Hesíodo al relatar el mito en la Grecia antigua en un medio para quebrar el sistema.
Sin embargo, después de siglos de revictimizar al personaje femenino, de silenciar la violencia sexual de la cual la protagonista del mito fue sobreviviente, y a su vez volcar toda la responsabilidad de esta violencia en ella, a partir de los años 70 se inicia un movimiento de relectura de este clásico mito desde una perspectiva feminista por autoras como María Zambrano o Hèlèn Cixous, transformando el mito de Medusa y convirtiéndola en una mujer de gran poder, decapitada y satanizada por una sociedad que ha silenciado las agresiones sexuales contra las mujeres y culpabilizando a éstas de los abusos que han sufrido.

Escultura de Benvenuto Cellini, Prometeo y Medusa
Reinterpretación de los mitos
En un mundo en el que la violencia sexual es un constante y en el que millones de mujeres no sólo la sufren sino que tienen que sobrevivir a ella bajo la mirada social que juzga si la mujer es una buena víctima o mala por intentar rehacer su vida, este mito se enclava en nuestra realidad actual siendo un ejemplo de las represalias sociales de destierro y vergüenza que puede vivir una víctima de violación, convirtiéndose la imagen de Medusa en reflejo de la realidad actual de las mujeres.
Ejemplo de este cambio en la reinterpretación del mito lo encontramos en la estatua creada por Luciano Garbati. Esta nueva medusa, tiene un carácter empoderado y retador, la cual sostiene en su mano derecha la cabeza de Perseo, convirtiéndose en un símbolo para las mujeres.
Esta revalorización del mito de Medusa creado a través del feminismo nos muestra que ser sobreviviente de una agresión no nos convierte en monstruos exiliados de la sociedad sino que nos permite alzar la voz contra todos esos Perseos que silenciaron a las mujeres durante siglos y contra aquellos que nos intentan silenciar ahora, haciéndoles saber que estamos alzando la voz por todas aquella mujeres que han sido silenciadas durante siglos y que algún día, sostendremos la cabeza cortada y sangrante del patriarcado.

Escultura de Luciano Garbati, Medusa